11/04/2009

Sónicas Reseñas (x2)

SONIC YOUTH: Santiago de Chile, 29/03/2009.


Para el oido ajeno y porqué no para el oido escéptico también, Sonic Youth puede parecer simplemente una banda dedicada a hacer “ruido”. Esta es una conceptualización que se encuentra reflejada en la película “Juno”, donde dos de los protagonistas, generacionalmente opuestos, intercambian gustos musicales y los sónicos se ven criticados por uno de ellos.
Pero es simplemente cuestión de presentarse ante cualquier escenario donde los neoyorquinos toquen para salir de esa concepción facilista y ver plasmada en escena una bola de energía con 4 vertientes distintas, tan paralelas entre si que pareciera van a chocar pero derivando siempre en un éxtasis musical y en el delirio de los oyentes.

Con este preámbulo sorteado, he aquí lo acontecido el pasado 29 de marzo:

El show en el Movistar Arena de Santiago de Chile, dentro del marco del Pepsi Music Festival, no fue uno mas. Significó para nuestros hermanos chilenos y para aquellos que pudimos cruzar la Cordillera un regalo por parte de la banda, ya que no tenian planeada una gira Sudamericana y contaban con tiempo y recursos para un solo concierto.
El público esperaba expectante la primera presentación del cuarteto (actualmente devenido en quinteto gracias a la participación de Mark Ibold en los bajos) en tierras chilenas y el moderno estadio iba colmando su capacidad con el correr de los minutos.
Pasadas las 21hs. la multitud estalló en un mismo salto cuando empezaron a sonar los primeros acordes de Teenage Riot, dando inicio así a la velada que prometía muchos clásicos de la banda. La presentación no podía haber sido de mejor manera; en una exhibición de esgrima musical, Thurston Moore y Lee Ranaldo chocaron sus guitarras para colaborar aun mas en ese “descontrol controlado” que se habia gestado para el final extendido de este primer tema (VER FOTO de antiguo post).
Se sucedían los temas (Bull in the Heather, Incinerate) y la banda iba dejando su impronta musical regada por todo el recinto. Guitarras, mil guitarras; mil sonidos que se acoplaron entre si formando una atmosfera sónica casi tángible. Las notas se desvíaban de su sonido en crudo, las frecuencias de decíbeles bajaban y subían, balanceándose en un groove estridente de manera casi perfecta.
Para el séptimo tema, Schizophrenia (del viejísimo LP “Sister”), el público deliraba y saltaba al ritmo que la banda quería y ellos desde arriba del escenario disfrutaban cada segundo de la actuación.
El show siguió fiel al estilo experimental de la banda, se entre mezclaban los temas nuevos (Calming the Snake de estreno, o la obra maestra Jams Run Free del anteúltimo disco “Rather Ripped”) y la aparición de los hits (con la ironía que le corresponde al término, tratandose de los sónicos), los mas festejados por el público: 100%, Mote, y Kool Thing.
Llegamos al final con Pink Steam, y para los bises nos dejaron mas sorpresas: The Burning Spear del 1ºLP homónimo a la banda lanzado en 1982; Sacred Trickster, otro estreno; la poderosa Silver Rocket y luego de un segundo intervalo, se fueron al ritmo de los clásicos Shaking Hell y Expressway to yr Skull.
Sin duda conformaron a todos en el público e hicieron sentir que estan mas presentes que nunca en la escena de rock mundial, brindando shows y matices sonoros distintos a lo que la media ofrece.

Pasados los cincuenta años de edad, y habiendo transitado el camino de independencia musical y la experimentación disco a disco, quizas parte del nombre ya quede como anécdotico; pero es seguro que el tinte sónico lo siguen manejando a la perfección y el escenario es el ambiente perfecto para su derroche de energía.
 
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SONIC YOUTH: “El sonido de New York, envasado para el consumo masivo”

El contexto ayuda. Basta con un oido asimilador, temple y convicción.
Como ejemplo, podemos decir que es solidariamente responsable a la creación de Sonic Youth el sonido que emergía violentamente de las calles en la Gran Manzana durante los duros años sesenta y setenta.
Velvet Underground, Television, los Ramones son quizás los nombres propios mas conocidos que la juventud sónica consumía y tragaba, para escupir luego lo que serían los primeros sonidos del movimiento no wave, la experimentalidad y el grunge anterior (o contemporaneo) al fenómeno Nirvana.

Vayamos pieza por pieza:

Ranaldo+Moore es un dúo de guitarristas que se complementa de manera tal que parece hubiera una única guitarra de 12 cuerdas y 48 trastes, brindando melodias paralelamente distintas y marcando un camino dual de notas que siempre, por suerte, termina en una explosión de acoples y disonoridad.
La señora Kim Gordon es quizás la mas rockera de la banda; sin perder nunca la presencia femenina ni arrugar su glamoroso vestuario, se pasea por todo el escenario con el bajo o la guitarra a cuestas; como una directora de orquestas invisible.
El baterista Steve Shelley por su parte, allana el camino con ritmos poderosos que le dejan a los otros el espacio perfecto para crear dentro de lo ya creado. Si quiere fuerza hace sonar el redoblante, si quiere que divaguemos un poco en los riffs ajenos juega con los “tones” y la “chancha”, condimentando con finos “platillos” que le ponen ese telón de paz al desenfreando ir y venir de las guitarras.
Esta conjunción de partes disímiles entre si, en bloque forma una búrbuja de musica experimental intrépida, que le permite visitar disco a disco diferentes sensaciones musicales sin abandonar la esencia que los caracteriza y distingue por sobre el resto de las bandas, tanto de su género como de otros. Ya van mas de 25 años, y por lo que su último y reciente disco “The Eternal” nos ofrece, pretenden seguir diversificando el paladar de sus seguidores por mucho tiempo mas.

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